sábado, 5 de mayo de 2012

Nieva

Simplemente todo se torna de un blanco acelerado,
ya la temporalidad no es estrictamente un acontecimiento ( y que me castigue Lucien febvre) es mas que una escupa con forma de cristo, porque a pesar de su camisa de fuerza tejida en tiempo, logra desde la irracionalidad tomarse el instante tan fugaz, tan efímero, pero tan intenso, que el refrigerio de los hogares de paso seria el antagonismo perfecto.

Solo es un esquimal con sabor a decepción, o una sirena descamada, simples pero constructos símbolos de lógica, que se implosionan con el detonante de la soledad, y podrían representar el manoseo constante de una neurona con su par, trastocandoce  y mutando en una relación comercial de orgasmo, y precisando marginalmente dicho momento, es allí donde la fertilidad de lo inverosímil  toma gobierno de mi sensibilidad.

Adiós, solo pretendo desenamorar mi ego desde argumentos percudidos por el actuar mundano.

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